Ellos son el Estado

 

El hombre orquesta tocaba al mismo tiempo tambor, armónica y guitarra.  Pies, boca y manos a la tarea. Él solo era capaz de mantener la atención de los vecinos que acudían a verlo. Se paraba en los lugares más concurridos y los niños lo seguían, como siguieron al flautista de Hamelín, embobados con su encanto.

Hay personas que son capaces de desempeñar varias funciones a la vez y otros no saben caminar y masticar chicle al mismo tiempo.

Existen ocupaciones que no pueden concentrarse en un solo individuo. Si la empresa es pequeña, quizás pueda realizarlas todas. Un carpintero de mi pueblo colocó un alambre con forma de S colgado en la pared, al lado de una imagen del Caudillo haciendo el saludo romano con la inscripción: “¡Españoles, saludad brazo en alto! Viva Franco. Arriba España”. Allí pinchaba las facturas que le llegaban. No sé si era para no perderlas de vista o para espantar a los acreedores, ante semejante garantía. Otro pequeño empresario, perteneciente al ramo del comercio al por menor, se sentaba por las noches en la mesita de la trastienda para echar cuentas. No había horario de cierre, así que entre volutas de humo y cenicero lleno pasaba largo tiempo en estos menesteres. La luz salía por la ventana y marcaba una franja en la calle oscura.

 En las empresas con más empleados se diversifican los trabajos, según volumen de negocios y necesidades. Primero buscaron la ayuda de contables, que les llevaban las cuentas por las tardes.  Posteriormente, ante el incremento de la complejidad burocrática, delegaron las tareas administrativas en las gestorías.

 Los Estados, las mayores empresas que existen, se constituyen con un territorio, una población, un gobierno con un conjunto de instituciones y autoridades y el armazón de leyes que regulan y garantizan su funcionamiento. Pero ¡ojo, parece que esto está cambiando. Llegan los hombres-estado.

El expresidente Biden ha advertido de una oligarquía de super ricos que amenaza a la democracia. Nos atrapan en sus redes. Ni juran ni prometen cargos. Asisten a las tomas de posesión de los elegidos. Pero impregnan todas las instancias del poder.

El comentado discurso de Elon Musk

De territorio tienen todo el planeta, de población, la humanidad, de leyes las que ellos dictan y de instituciones, Watsapp, Facebook, Meta, Google, Tesla, Instagrán, X, Amazón…  las que les vengan en ganas crear. Los otros, los puestos oficiales, les sirven de reservorio.

Luis XIV de Francia era el Estado. Ahora son en la sombra estos multimillonarios, aunque el cetro o bastón de mando lo lleven otros y los dejen ir con ellos a las procesiones.

Los puntos débiles de los nuevos mandamases residen en la fortaleza de sus ambiciones, que los pueden llevar a la tentación de eliminarse unos a otros. O que el monstruo que han creado se les vaya de las manos y se les revuelva, como Frankenstein a su creador. Iremos viendo cómo evoluciona esto.

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