Vanidosos.

euc1

Deja pasar de largo al vanidoso,

enhiesto y pleno de oropel ornado.

Espera en tu puerta descansado

mientras él luce plumaje fastuoso.

 

El tiempo en su trabajo silencioso

lo tornará en su proceder domado,

en su altiva prestancia jorobado

y en su antiguo relumbre, penumbroso.

 

Llegará anochecido  de regreso,

perdida en el suelo la  mirada         

entre las ruinas de su antiguo su imperio.

 

Sólo el ciprés,  en su uniforme preso,

mantiene la cabeza levantada

en la absoluta paz del cementerio.

 

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