Vana rebeldía.

viejos

 

Ya andaba con dificultad y arrastraba los pies. Un día,  con las pocas fuerzas que quedaban en sus brazos, golpeó el suelo con el bastón y exclamó: “¡Con lo que yo he andado!”.

Había desengaño en esta frase,

decepción,  un envite y un reproche

al  tiempo, por cobranza del derroche,

tal si fuera enemigo que  vengase

 

una antigua afrenta no saldada,

servida con crueldad  en plato frío,

cuando  ya el vigor del bravo río

el delta de  la  muerte vislumbraba.

 

Y vi  en ti, Antonio, aquella tarde

un desplante de vana rebeldía,

una añoranza de la edad perdida.

Al poco de esta acción dejé de verte,

arribadas  las aguas de tu vida 

al mar inevitable  de la muerte.

Una respuesta a «Vana rebeldía.»

  1. Al poco tiempo el sol cubrió el camino
    igual que la luna enciende velas
    igual que la noche prende sueños
    como buscando aceras en el viento
    para acabar derrotado en su silencio.
    Y todo pasó y pasa todo
    y la nada es un mar eterno y frío
    donde los besos naufragan,
    triste rio.

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