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La Naturaleza, caprichosa,
combinó colores
en el bello crisol de su paleta.
Cogió del cielo tonos azulados,
de cuando sopla el norte
y luce esplendoroso el cielo claro.
Sumergió el pincel de la creación
en mares de color azul turquesa
y trasladó, divinidad pintora,
el cóctel a tus ojos.
Para darle brillo a la mirada
engastó un diamante de luz en tu pupila.
Ahora mirándolos estoy,
sin atender palabras, seducido,
ante el inmenso azul de la belleza,
buscando en las profundidades
aguamarinas, perlas y zafiros .