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Fotografía de Juan Sevilla.
La noche vierte en el día
montañas de algodón negro
con redobles de tambor
y destellos plateados.
Virulentos torbellinos
por las tierras labrantías
y los extensos posíos
de la Campiña extremeña
levantan en espiral
maleza y espinos secos.
El rayo baja hasta el suelo
en culebrilla de fuego.
El eco de su fragor
rebota redondo y hueco
por los tambores del viento.
Cae la lluvia estrepitosa
sobre los campos resecos
y otro látigo de luz
recorre de norte a sur
los vericuetos del cielo.