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Busco el lugar dónde se esconde
el tiempo que se pierde.
El otro quedó en los afanes y las cosas.
Donde esté el perdido
las musarañas urdirán ficciones
y en sus techos habrá
pinturas de querubes extasiados.
Debe de estar cerca de Babia,
con borreguitos saltando maderos
en las noches en vela
y nubes blancas en el cielo
que admiraron los ojos del poeta.
Habrá relojes parados con música de boleros,
inviernos al fuego,
madrugadas al fresco en la plaza del pueblo,
primaveras floridas,
olor a tierra mojada del final de los veranos.
También debe de haber besos y abrazos,
frustrados cuando el tiempo era deseo
y no un reloj martilleando.
Allí será todo muy bello…
Un tiempo sin usar,
perdido y hallado para perderlo de nuevo.
Una preciosidad. Gracias por el regalo.Una joya.
Muchas gracias, Carlos.Vuestros comentarios sí que son un regalo para mí.