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No es frágil el junco porque ceda
al viento la doblez de su cintura
y aunque parezca débil desde fuera
tiene en la tierra la raíz segura
para dar firmeza a su postura.
Nunca existe flaqueza en quien tolera
y con amable educación escucha
opiniones distintas a la suya,
sin que merme por ello su entereza
ni pierda en el envite compostura.
Demuestra la endeblez de sus ideas
quien rechaza de entrada las ajenas,
sin más razonamiento o cobertura
que la terca estrechez de su sesera.