Supersticiones.

No creo que los números, los colores o un determinado uso de las cosas condicionen  o determinen la vida de las personas. Las supersticiones son producto de la incultura y de la herencia de credos que a falta de explicación científica en épocas remotas  ponían  en el lugar que debía  ocupar la razón  las brujerías, las supercherías y las magias. Crecimos desde niños en un ambiente propicio para ello. Desde aquel agua bendita que echábamos el domingo de Resurrección por los rincones de nuestras casas para espantar al diablo hasta la regañina de nuestras madres cuando le dábamos vueltas al paraguas o a las sillas.

Porque a ver quien me explica que un pobre gato negro sea el augurio de desgracias o mala suerte  y  que la joroba de un tullido me acerque la fortuna si le paso el décimo  de lotería por la chepa. Algunas de los hechos que dan mala suerte:

– Derramar sal

-Romper un espejo

-Tener un cuadro torcido en casa

-Poner el sombrero sobre la cama

-Vestir de amarillo

-Dejar las tijeras abiertas

-Dar vueltas a un paraguas o a una silla

-Poner los pies de la cama mirando hacia la puerta

-Ver el novio a la novia antes de la ceremonia.

-Levantarse con el pie izquierdo

-Abrir el paraguas bajo techo

-Ver a un gato negro

-Encender tres cigarros con la misma cerilla

-Pasar debajo de una escalera

-Caer la montera del torero boca arriba

-Ser martes y trece

-Barrer los pies de una soltera o una viuda

-Echar el mal de ojo

Otros pocos que se asocian a la buena suerte:

-Encontrarse una herradura

-Tirar monedas a un pozo o a una fuente

-Sentir zumbido en los oídos

-Caerse una pestaña

-Tocar la joroba a un jorobado

-Poner un cactus en la ventana

-Poner la escoba al revés detrás de la puerta

-Cruzar losa dedos

-Taparse la boca al bostezar

-El perejil

-Entrar en el nuevo hogar llevando a la desposada en brazos

-Arrojar arroz a los recién casados

-Besarse los novios al final de la ceremonia

-Llevar la novia el día de la boda algo viejo, algo nuevo, algo prestado y algo azul

-Tocar madera

-Encontrar un trébol de cuatro hojas

-Apagar las velas de un soplido

-Ponerse una prenda del revés

Claro que todas estas supersticiones tienen su explicación en tiempos en los que cualquier cosa que no explicara la lógica causal era atribuida a fuerzas ocultas del más allá, a designios desconocidos En la actualidad, cuando se han desbrozado con la luz de los avances técnicos y sociales los matorrales de prejuicios, equivocadas creencias, tabúes y temores infundados sobre la naturaleza y el universo, creer en estos hechizos, sortilegios y brujerías no es sino  manifestación de miedos  atavismos e incultura sin lógica racional alguna.

 

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