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Celosía del aire
donde el silbo se hace verde
y cierne el soplo de los temporales.
Manos que la tierra presta al viento
para que las cuerdas de sus liras
anuncien la lluvia cercana.
Albergue de la escarcha
cuando el frío corta trocitos de estrellas en la madrugada
y produce diamantes transparentes
que adornan de belleza la mañana:
espejos de luz, las gotas de rocío
pendientes de sus ramas.
¡Que´bien sabes hacer grandes las pequñas cosas!
Muchas gracias, Pura. La grandeza casi siempre está cerca de nosotros.