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Como si naciera de nuevo en cada instante
quiero estar siempre empezando,
volver al principio de todos los procesos,
a la inocencia de la nieve no pisada.
Sentir el placer del primer beso,
salir con el sol de cada día
y recorrer con la brisa las mañanas nuevas.
Volver al manantial origen de la fuente,
a la primera mirada enamorada,
al suspiro del deseo adolescente.
Regresar a la raíz
de todos los impulsos,
a la ilusión desnuda,
al brillo de los ojos asombrados
del niño descubriendo los misterios.
Y al mismo tiempo envejecer,
sin ataduras, como resbala la arena en el cristal.
Ser siempre yo mismo, consecuente y libre,
firme, la cara contra el viento.