Del olvido a la sombra
y la desesperanza
bebo el vino de siniestras bodegas.
Borracho de recuerdos
paseo por las calles de la infancia
a la busca de la niñez perdida.
No hay lumbre en el hogar
ni susurros debajo del reloj.
Se pararon las horas en los ecos
y en agrio despertar
de cruel resaca acerba
encuentro los caminos
destrozados por duras huellas secas
en un lugar quemado
por la furia de torvos remolinos.