Saltar al contenido
Hora de retirar de los roperos
el jersey guardado en el verano.
Está doblado con el cuello arriba,
postergado de la fiesta de la luz.
Con las mangas dobladas a la espalda
pacientemente espera,
sabiendo que los brazos que en su día
por el amor del sol lo abandonaron
volverán con la carne de gallina
a buscar a su amparo la calor.