Yo, cuando estoy mejor es cuando yago,
en la grata acepción de estar tendido.
No sea usted mal pensado, buen amigo,
pues no es goce carnal que satisfago.
En dulce duermevela, feliz vago,
hablo con el que siempre va conmigo,
ese complementario con quien sigo,
me entiende y no me exige ningún pago.
Lo dejo abandonado cuando el sueño
me lleva de su mano al otro lado,
donde todo se vuelve fantasía.
Y aguarda, siempre fiel, siempre risueño
mi vuelta, sin pesar y sin enfado,
para seguir la charla en compañía.