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Suena la música sentimental
de los boleros en la semioscura
estancia donde se habla con ternura
de promesas de amor hasta el final.
Mujer, si puedes tú con Dios hablar,
dile que el otro lado de la luna
jamás he vuelto a verlo con ninguna
desde aquel día en que te vi marchar.
Dicen que la distancia es el olvido,
pero ni se abandona ni se olvida
un viejo amor como el que yo he vivido.
Solamente una vez se ama en la vida
y quisiera tener algo contigo
sin que esta cita suene a despedida.