Primavera.

sendero

Hay que dejar, a pesar de las penas,

que nos lleve  la vida

en volandas por senderos de flores

en un bajel  con velas

empujado por  auras

tibias y perfumadas.

Mar de aromas y colores.

Es primavera y,   aunque repetida,

siempre es nueva  en corazones  jóvenes.

Por efímera y fugaz, más bella.

El agua transparente

que corre en los arroyos

huirá  en el estiaje,

las margaritas de los prados,

gayas sonrisas de limón y nata,

son briznas pasajeras,

pero la belleza se ha posado en ellas,

apasionadamente,

y las mima como  a grácil niña

que en las rosetas de su cara

lleva su condición,

de intensa brevedad, labrada.

 

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