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(Beso en el parque de Leonid Afremov)
Un cálido susurro
llega incitante a sus oídos.
Alterado, no sabe qué le están diciendo.
Roto el equilibrio emocional
del muchacho bisoño,
le turba el gozo
del roce de otra cara en su mejilla.
Con temblor de temprana flor al viento
responde balbuciente, con sonrojo.
El volcán de su cuerpo adolescente
asoma en el brillo de sus ojos