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Fotografía de Manuel Rodríguez Espino.
Sin el tiempo que dormimos,
el que las penas amargan
y la enfermedad lacera
¿qué nos queda?
Pequeñas islas alegres
que el sol alumbra fugaz
y luego se desvanecen
Yo, por ello,
cabalgo libre y ligero
sobre el potro de colores
que el arco iris me ofrece.
Al galope.
Medalla de luz, la espuela,
y sin bridas ni monturas,
desnudo sobre sus crines,
me encamino
con cromáticos destellos,
dispersos entre la lluvia
y resplandores de sol,
hacia el cielo.