Polvo de estrellas.

 

 

 

 

Me siento insignificante  cuando miro al cielo en  una noche estrellada. Es una buena terapia para bajar humos y  acortar ambiciones, para relativizar el valor de las cosas y para hacernos algunas preguntas que no por repetidas han perdido vigencia.  Perdido en la cola de una galaxia está  nuestro sistema solar, del  que aún desconocemos muchas cosas. La estrella más cercana a nosotros, aparte del sol, está a  4,4  años luz, que equivalen a unos 43 billones de kilómetros de distancia, o sea, que tardaríamos cuatro años en llegar a ella viajando a la velocidad de la luz, lo que todavía no se ha conseguido. La Vía Láctea, nuestra galaxia, tiene  aproximadamente un diámetro de 100 mil años luz y 200 mil millones de estrellas. Una de las galaxias más cercanas a la Vía Láctea-La Gran Nube de Magallanes- está aproximadamente a unos doscientos mil años luz. Y en el espacio, según estimaciones hechas en 2005, hay más de 500 mil millones de galaxias.

Demasiado poco somos para darnos la importancia que nos damos algunas veces.¿Verdad, Cristiano?

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