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La perdiz canta brava y altanera
con gallardos reclamos cuando empieza
a dar albor a la Naturaleza
la vida de incipiente primavera.
El cazador detrás de la tronera
observa todo el campo con fijeza
y espera que otro macho con braveza
acuda a defender hembra y frontera
Acechos con reclamos encelados
traídos al señuelo traicionero
por otros semejantes enjaulados.
Rompe la placidez del cazadero
el disparo que barre los sembrados
y enmudece la tarde de febrero.