Estas primeras lluvias otoñales
suavizan la textura de la tierra
pues las nubes trajeron de la sierra
verde frescor a secos pastizales.
Mi mirada a través de los cristales
busca la luz que algún nublado cierra
al mismo tiempo que mi mente yerra
por pensamientos hueros y banales.
Plácido otoño en mi tierra extremeña:
gotas de rocío en las sementeras,
bellas dehesas de ganado y leña,
caza y setas por valles y praderas
y este sol de la tarde que me enseña
los matices del oro en las choperas.