Saltar al contenido
(Ahillones, cazadores en Piedras Gordas)
La aurora pinta de rosa
los perfiles de la sierra
y acota con luz dorada
las brumas de las cañadas.
Flotan vellones dispersos
en el aire de cristal.
La sombra de la alameda,
de brillante argentería,
reluce sobre la hierba.
Canta el gallo en los cortijos
y en las lomas la perdiz.
El viento se despereza
en brazos de la retama,
mientras se lava la cara
con aromas de tomillo.
¡Cazador, qué privilegio
despertar con tus pisadas
la virgen de la mañana!