Los diteros.

En las pequeñas tiendas  de los pueblos suelen tener una libreta donde  se apunta lo que se fía al cliente. El grueso de los ingresos económicos  del año para la mayoría de los vecinos se produce con los  que genera la recolección, tanto de cereal como de aceituna.  Las expectativas se frustran en muchas ocasiones por sequías, inundaciones o pedriscos y las deudas de la manoseada libreta crecen y se añejan. Hay que esperar una mejor ocasión para saldarlas.

Una modalidad  de venta muy extendida en años pasados fue a la dita. El ditero pasaba con su gruesa  libreta de hojas individuales para cada cliente. Estas hojas se atornillaban con dos barras apretadas con tuercas de mariposa. Cada hoja correspondía a un cliente y  en ella se anotaba la cantidad convenida que debía pagarse periódicamente hasta saldar la deuda y poder empezar una nueva línea de crédito. Había cierta flexibilidad si se alegaba que ese día no se tenía suelto y que al día siguiente se pagarían las dos cuotas. El ditero iba casa por casa y tan asidua  y familiar se hizo su presencia que las personas que ejercieron esta profesión quedaban bautizadas  con este sobrenombre.

 

7 respuestas a «Los diteros.»

  1. Una curiosidad muy interesante de la que me queda el recuerdo vago de las hojas atornilladas, pero no de los diteros. Un saludo.

  2. Me hace ponerme nostálgico, lo leído sobre los diteros.Hoy día soy ditero, casi a punto de extinguirme en mi zona.Donde se lleva ejerciendo la profesión desde 1956.
    Se visitaba semanalmente a los clientes y habia tolerancia con los poco pudientes e incluso, se les ayudaba dándole más facilidad, cuando no hasta el artículo.
    Aún hoy me planteo, si la crisis podría sortearla así.
    Me encantó ver el tema(soy aún ditero-me quedan 90 clientes)
    Marzo de 2013

  3. Soy ditero desde que naci
    Mi padre me lo ha enseñado todo
    Venimos desde cajiz
    Hoy en dia en pleno 2015 seguimos mi hermano y yo

    Saludos para todos

    Orgulloso de mi oficio

    Talavera de la reina

  4. Yo hice durante algún tiempo de “Ditero” por los años 1963-64-65. Decía mi madre (como era muy vergonzoso) que las mujeres me habían picardeado. Un dicho en forma de chascarrillo que se solía decir de los diteros cuando a la vecina que tenias que cobrarle, era mala pagadora: Llamabas a la puerta y te salia el hijo o la hija y te decía – Que dice mi madre no esta. Saludos de un valverdeño.

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