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A estas alturas de la vida está el fiel de la balanza serenamente equilibrado.
Desventuras y dichas, afectos y agravios se compensan.
Queda la duda de si algunos hilos pudieron ser madeja.
Si se acertó en los cruces de caminos y en los trenes que tomamos.
Entre otras variables, el azar y la ventura jugaron su papel.
Decisiones diferentes hubiesen cambiado el trayecto y quizás la fortuna, pero no la estación de destino.
Se puede jugar a imaginar cambios de fichas y sus múltiples combinaciones en el tablero de la fantasía.
Elucubrar sobre lo que hubiese sucedido. Pero en esta partida sólo hay opciones de futuro.
Se permite mover ficha una vez en cada decisión, las demás quedan abrogadas.
El juego a tiempo pasado es escribir sobre el agua, jugar a lo imposible en la otra cara de la vida.