Por este tiempo de primeros de otoño, si la lluvia y el tempero acompañan, salen por los ejidos de nuestros pueblos y en los posíos de las fincas donde pastan las ovejas los delicados y efímeros hongos, blancos por fuera y rosas en su micelio.
Asados con sólo con un poco de sal constituyen un bocado exquisito. De siempre hemos salido a por ellos niños y mayores.
He barruntado que hay un proyecto por el que quieren implantar una licencia para poder recoger setas. Arguyen que el fin es regular esta actividad. No sé si es el medio adecuado para conseguirlo, pero sí que es seguro para recaudar dinero si cobran por ello.
La próxima regulación pueden ser los espárragos y las siguientes poner tasas por mirar la luna, por contemplar un arco iris o por el desgaste que los senderistas hacen de los atajos y senderos. Hay que pagar por todo, hasta por el chubasco que te sorprende en campo abierto entre jaras y brezos. ¡Ah, y por el aroma que desprende el campo con las primeras lluvias, que eso sí que vale y hasta ahora no tenía precio.
2 respuestas a «Licencia para vivir.»
suscribo lo dicho, amigo Juan Frnacisco; pero ¡cuidado! que frases tan bonitas te las pueden coger para una campaña publicitaria
suscribo lo dicho, amigo Juan Frnacisco; pero ¡cuidado! que frases tan bonitas te las pueden coger para una campaña publicitaria
Gracias, Julio. Estamos acostumbrados a que se apropien de tantas cosas que una más no importaría.