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Nido de víboras surgió en las fuentes
y con su daño emponzoñó veneros.
La sangre envenenada y vengativa
de los crueles herederos de Caín
cayó en el corazón de los mortales
cuajando la figura de los odios
en la entraña profunda de la gente.
Pululan lobos, hienas y serpientes
por las brumosas noches sin luceros
y oscurecen la luz de las estrellas
tenebrosas tinieblas y aguaceros.
Tristeza roja el vómito de fuego
salido de las lenguas de las piedras
destruyó los caminos y senderos
y sembró las parcelas de la tierra
de ortigas, ricias, gramas y veneno.