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A lo lejos espejea la flama
que emerge del suelo
con dedos de translúcidas llamas.
El aire calinoso
se agazapa ardiente
en solitarios caminos polvorientos.
Un cante de trilla
ronda por las eras
al son de cascabeles.
Avispas negras y amarillas
merodean indecisas y esquivas
por la cuba de cinc
en el brocal del pozo.
En su fondo el agua oscura y quieta
absorbe el eco de voces infantiles
en la hora de la siesta.