Tengo los chivos vendidos y el dinero en la faldriquera, o recurriendo a prestado y más fino, puesto ya el pie en el estribo… pocas trabas o anclas me sujetan o atan al puerto de la timidez que no sean las del respeto debido a los demás. Por eso, sin ofender y guardando la necesaria compostura, escribo lo que me viene en gana. Carente de pudores, no me importa desnudar mi sentimientos y mostrarlos tal cual. ¿Qué gano con el disimulo y las fintas sinuosas a esta altura del camino? A las claras, desbrozadas las hierbas del alma y abierto el espíritu en canal, aquí está lo que siento.
Gratitud a la nobleza y a la crítica sincera, que lo cortés no quita lo valiente, y uno, que no ignora sus múltiples fallos y carencias, las agradece vivamente. Con la edad y la experiencia se va descubriendo que cuanto más se cree saber, más se ignora. Así que lejos de autosuficiencias, presto este blog, con sumo gusto, a la curiosidad ajena y al deleite gozoso de quien lo disfrute.
Sobrepasadas las cuarenta mil visitas, agradezco de corazón a todos los que se asoman por aquí su cortesía y gentileza y pido disculpas si alguna palabra, expresión u opinión han llegado a molestarles.
Olé mi cuñado. Todos super orgullosos de tí
Yo también lo estoy de vosotros, María Jesús.