Febrero.

Febrero purifica paganas lupercales

y la  cristiana  presentación con las candelas.

Tiene el corazón de almendro

y  de nata rosa el alma.

Benjamín de doce hermanos,

nunca llega a la treintena

a pesar de los regalos

de césares y papas.

Efebo consentido y caprichoso

por retenerlo el padre en sus dominios

ante los reclamos  encelados de la  amante,

pecho en yema,  guiños de luz y aromas de tomillo.

Así está  el mozo, de faz y condición cambiante,

lanzando pedriscos  tras  mostrar su sol radiante. 

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