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Mientras me tomo la vida
en una copa de vino,
suena lejano en la noche
el ritmo de un viejo tango.
La nostalgia de volver
a donde se fue feliz
-o al menos así se cree-
siempre lleva al desengaño,
porque no es igual que ayer
el arrabal añorado
donde estuvimos antaño.
Sólo la mente conserva
ese tiempo retenido
-burbuja de dulce miel-
que la añoranza recrea,
pero ya nada es lo mismo.
Regresa el tango otra vez
con su evocador sonido
enredado en las estrellas
con clave de luna llena
¡Echa otra copa de vino!