El culo no le descansa
si oye ruido por la calle.
Vende el alma a Satanás
si pudiese repicar
y salir en procesión.
Estando en una reunión
tiene puestas las orejas
en otra conversación.
Faltan ojos a sus cejas
para poderse llevar
todo lo que le rodea,
crepita como la sal
al echarla en la candela;
esquiva como lamprea
si se le quiere pescar,
cual rayo relampaguea
sin poderlo remediar.
Vaya persona “escusá”
que a todos los sitios llega
sin haber sido “llamá”.
Que bueno Juan Francisco. He de reconocer que yo soy mu escusao, jeje.
Todos los somos un poquito, pero la persona que describo es escusao, rescusao, requetescusao, jejeje
que buena
Gracias por tu comentario, Francisco.