Cuadro del pintor almeriense Antonio Cuevas López
Mueve el talle
con el garbo acompasado
del reloj de las cadencias.
En su porte, cuánto arte
cuando pasa por la calle,
oscilantes las caderas
en el bastidor del aire.
Los hombres cuando la ven
prenden miradas carnales
en los volantes del traje.
Manuela tiene por nombre
y si es su marchar garboso,
más destacan en su rostro
ojos negros de azabache,
manantial con agua oscura
donde se esconde la noche
y, cuando miro, extravío
las bridas de la cordura.
(Póngase en lugar de Manuela, cualquier nombre de mujer. )