El Senado destina dos millones de euros a gastos de luz y gas para 2016 y 2017.
Se quejan ustedes de vicio. Nuestros representantes senatoriales sí que tienen un recibo de la luz costoso: 2.740 € diarios si se contaran los años por 365 días cada uno, pero. teniendo en cuenta que, según recoge la página web del senado, durante 2014 hubo actividad 127 días, sale cada día a 7.874 €.
Así que nada de quejas, que estos señores sí que llevan sobre sus espaldas, además del peso de la púrpura, trasponiendo el conocido dicho cardenalicio a sus sufridos hombros patrios, el gravoso recibo de la luz y el gas. Todo por sus desvelos en favor nuestro.
Pensaba yo ante este dislate recomendarles que usaran velas, quinqués o carburos para alumbrarse por si salía más económico, pero vistas algunas fotos de senadores y “senatrices” dormitando, tal vez por un exceso de trabajo, o absorbida su atención con el uso de sus móviles de última generación, no me atrevo con la propuesta, no fuera a ser que en un descuido o ronquido incontrolado rodaran velas, quinqués y carburos por las alfombras y provocaran un incendio de imprevisibles consecuencias.
Sólo me queda recomendarles que al salir el último no se olvide de apagar las luces y la caldera, que no están los tiempos para derroches, aunque pensándolo bien a ellos les darán tres leches (sin IVA), pues nosotros, sufridos contribuyentes, nos haremos cargo de esos dispendios, sabiendo el bien que nos reportan.