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Fotografía de Juan Sevilla.
Está presta la noche y desvanece
los rescoldos rojizos del ocaso.
Queda el cielo desnudo, frío y raso
y de regreso a casa me oscurece.
A lo lejos, las luces encendidas
del pueblo. Y el lucero en el saliente.
El corazón por un momento siente
la ausencia de personas queridas.
No voy a solas con mi pensamiento:
la compaña callada y envolvente
que la naturaleza presta, siento.
La noche se adormece en el relente.
Sobre mí, como en Kant, el firmamento
y en mi ser tu recuerdo permanente.