El calor de las arrugas.

hierbabuena

Tu corazón, algo cansado, guarda aún

impulsos de muchacho nuevo.

Late la vida en los  surcos de la arruga

y queda mucho amor que dar

en los pliegues de tus manos.

El tiempo endureció la tez,  

pero hay en su interior semillas nuevas

que germinan con la calidez de los abrazos

y la copiosa lluvia del beso enamorado.

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