El busto es mío.

¡Qué prestante y altiva delantera,

ajustada  picuda y prominente

llevada con  frescura de insolente

tras el suéter ceñido a la pechera!

Exuberante, bella y   placentera

presenta credencial tan imponente

que el canal que divide la vertiente

es sima que si vértigo sufriera

nadie salvaría de la caída

al mozo que al cruzarse por la acera

escruta el busto con tan gran fijeza

que si con la mirada se comiera

no tendría  apetito  en esta vida

que  no fuera saciado con largueza.

3 respuestas a «El busto es mío.»

  1. Estimado Juan Francisco, espero que esté siendo fecundo tu retiro de la docencia activa. Para mí ha sido una agradable sorpresa descubrir tu blog de la mano de Manolo Rodríguez. Me han gustado los poemas que he leído y los textos narrativos, en especial el de la benemérita. Un saludo: Julio

  2. Muchas gracias, Julio. Me pesó mucho no estar en la presentación de tu libro “Héroes, tumbas y libros perdidos en Llerena por estar en Montijo. He entrado en tu blog y me ha parecido excelente. Un abrazo.

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