Don Antonio.

 

 

 

 

 

 

 

Continúa la fuente de Machado

sonando mientras cae

cansinamente el agua

en  mármol blanco  de jardín sombrío.

Los chopos polvorientos

siguen rizando el aire de la tarde

al borde del camino.

Algunos solitarios paseantes,

clavadas en  el corazón  espinas,

ven cómo se enturbian  sus curvas

en la difusa luz de los crepúsculos.

Vuelven cigüeñas a los campanarios

con cada nueva primavera

haciendo garabatos en el aire,

y en la plazuela cantan

los niños canciones de siempre.

Cuando ignoramos a dónde llegará el camino

consuela saber que otras mentes de profundo discurrir

marcharon por el mismo recorrido,

haciéndose preguntas

que aún nadie ha respondido.

2 respuestas a «Don Antonio.»

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