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No sé si habrá Dios.
pero en el que de niño me inventaron,
no creo ni espero.
Ni en palomas que preñan
ni en infiernos que queman.
Lo de Eva y Adán
está ya demostrado.
¡Qué ingenuo lo de la manzana!
El que pudo evitarnos sufrimientos
no lo hizo, ¿por qué nos condenó
y tuvo que salvarnos
con una muerte cruenta
de un pecado que nunca cometimos?
Eso de Lucifer es otro cuento
para las noches de invierno.
¿Se queman los espíritus?
Los cuerpos permanecen en los nichos,
algunos infelices en cunetas.
Otros navegan río abajo
o quedan esparcidos por los campos.
La vida es el paréntesis
de la nada a la nada
y me muero porque me toca.
Y con eso termina nuestra historia.
El universo seguirá creando y destruyendo.
Misterio inalcanzable todavía.
En él está la explicación de todo.