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Mírate fijamente en el espejo
y habla con el otro cara a cara.
Verás como la charla te depara,
además de claridad, un buen consejo.
No te espantes si su aspecto viejo
supone para ti torpeza o tara,
pues no es defecto ni incidencia rara,
sino normal declive del pellejo.
A veces por caminos divergentes
van la realidad y los deseos
y beneficia que paremos mientes
en ajustar el somos y el creemos,
antes que los espejos insolentes
nos canten las verdades del barquero.