Cuidado, señores banqueros. Cuando ustedes cuentan con rapidez vertiginosa un fajo de billetes, no sólo pasan por sus manos unos papeles con unos grabados. Van en ellos muchas historias humanas de esfuerzo y muchos sueños de futuro para nuestros hijos. Las personas que les entregamos nuestros ahorros conseguidos con muchas horas de trabajo y con no pocas privaciones lo hacemos por la confianza que nos inspiran sus empresas. Esa confianza es la base de su negocio y de nuestra tranquilidad.
Aunque a algunos de ustedes, de sus consejeros y gestores les sea muy fácil ganarlo con remuneraciones e indemnizaciones que producen estupor, a la mayoría nos ha costado mucho esfuerzo conseguir lo poco que tenemos. Confiamos en su prudente gestión para la salvaguarda de nuestros intereses, que no está reñida con el incremento de sus beneficios, pero no dilapiden esa confianza con aventuras de filibustero, ni envites de tahúr.
Con el trabajo y el sacrificio de tanta gente no se puede jugar irresponsablemente. Están resquebrajando la piedra angular del sistema y el edificio se nos puede venir abajo a todos.
2 respuestas a «Confianza.»
Mi estimado Juan Francisco, no todo el monte es orégano, ni todo bancario es HP,
ni digas nunca este cura no es mi padre, por si lo es………..Un abrazo Antonio V.
Evidentemente una relectura del texto te hará encontrar una palabra clave que utilizo para no meter a todos en el mismo saco. Es el pronombre indefinido “algunos”, el cual excluye cualquier interpretación de generalización. Una brazo amigo Antonio Victorio.
Mi estimado Juan Francisco, no todo el monte es orégano, ni todo bancario es HP,
ni digas nunca este cura no es mi padre, por si lo es………..Un abrazo Antonio V.
Evidentemente una relectura del texto te hará encontrar una palabra clave que utilizo para no meter a todos en el mismo saco. Es el pronombre indefinido “algunos”, el cual excluye cualquier interpretación de generalización. Una brazo amigo Antonio Victorio.