Confiado amor.

gorrion

 

 

 

 

 

 

 

 

La adoraba tanto

que  la amaba sólo 

con caricias tiernas

y arrullos de voz.

Así  conservaba

la ilusión intacta

de su noble amor.

Temía romper

el frágil encanto

de seda y de nácar

que él adivinaba

rendido a los pies

de su idolatrada.

Y así la perdió

aquella mañana

entre margaritas

de  praderas verdes.

Ahíta de mimos

su  piel delicada,

la  moza lozana

halló entre los brazos

de un rudo mancebo

amor ardoroso

y loca pasión.

Al  bisoño amante

de ingenuo candor

le quedó en la cara

pasmada expresión

como incauto niño

al que en un descuido

de confiado amor

se le escapa al aire

de las tiernas manos

su amado gorrión.

 

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