Un lugar de macilenta luz
acoge melancólicas veladas
de añorantes borrachos trasnochados
que farfullan confusas parrafadas
de lamentos y amores que han perdido
sin haberlos siquiera disfrutado.
Fuera, la madrugada se dispersa
en el difuso espacio sin contornos
que la niebla ha tejido silenciosa
entre el brillo frío de las estrellas.
Con los últimos flecos del derroche
dibuja la alborada sigilosa
un gran cartel de pinceladas rosas
en las lejanas crestas de los montes.
Descansan los alardes y las poses
…y quedan en los labios entreabiertos
los rescoldos de espinas resacosas,
que los osados duendes de las copas
roban a las quimeras de la noche.
Palabras entrecortadas con difulcaciones diferente, que conlleva una narrativa sobre una compleja velada , que proporciona el desahogo de la mente y el castigo del cuerpo, pero adornadas con recodos de pinceladas poeticas.
Muchas gracias por tu juicioso comentario, José.