Ya no se escriben esas cartas. Los teclados y el lenguaje abreviado, casi criptográfico para los no iniciados, han sustituido al papel y la pluma. El telegrama, que por economía nos obligaba a la utilización de enclíticos y a condensar pensamientos, es el digno ancestro de los nuevos mensajes digitales.
La caligrafía se ha convertido en una reliquia, pero a mí me gustan las cartas escritas de puño y letra, esas que contienen sentimientos trabados en las colinas y los valles de los trazos. Da igual que los renglones salgan torcidos, lo que importa es que sean propios de quienes los escriben. Al recibir una carta imaginas las circunstancias en que te la han escrito. Yo, en mi época de internado, pensaba en mis padres, sentados al brasero en las horas tranquilas del anochecido, tras el trajinar diario. Una carta escrita a mano es un retrato del ánimo en un momento concreto que termina siempre con un abrazo firmado.
Cuando pasa el tiempo y vuelves a releer sus líneas en las cuartillas ya pajizas, notas aún los latidos del corazón azul de la tinta. La misma sensación que te produce una flor seca guardada entre las hojas de un libro.
2 respuestas a «Cartas de puño y letra.»
Mándame tu dirección que te escribo una carta.Me ha gustado tanto tu escritp que me ha otorgado ese atrevimiento.Son días de cartas,no de e-mailes.
Mándame tu dirección que te escribo una carta.Me ha gustado tanto tu escritp que me ha otorgado ese atrevimiento.Son días de cartas,no de e-mailes.
Esta es M.Pura:
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06900 Llerena (Badajoz)