Ausencia

IMG_0095Cuando murió la  echamos de menos  en sus cosas.

Presentíamos  sus pasos como sombras de algodón en zapatillas por la casa.

 A bocanadas de añoranza el silencio dejaba entre nosotros la estela de su voz.  

Quedó la forma de su cuerpo en  los vestidos, colgados en las perchas del ropero.

El sillón, donde pasaba tantas horas detrás de la ventana, conservaba los límites de su figura.

Siguió la marcha el tiempo  en el reloj, ya sin los latidos de su pulso.

Las sonrisas de otros días  quedan en las fotos para siempre retenidas.

Se posó en sus pertenencias, huérfanas de su calor, la muerte. 

Al frío de enero maullaba  lastimoso el gato tras la puerta cerrada del corral.

El vacío lo llenó todo de un gris monótono y lluvioso,

espesa estela de recuerdo conmovido.

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