Saltar al contenido
![Ahilloneslluvia](data:image/gif;base64,R0lGODlhAQABAAAAACH5BAEKAAEALAAAAAABAAEAAAICTAEAOw==)
La rutina convirtió el rezo en cantinela,
como el ruido del agua entre las piedras.
Se desgranaban los misterios
de los dolores a la gloria,
pasando por los gozos.
La tarde extendía sus sombras
con letanías de beatas
en repetidos soliloquios
de respuestas decadentes.
Rumor de solitarias almas
que no esperan respuestas de momento.
Para llevar las cuentas,
hilera de bolitas ensartadas.
En mí quedaron las metáforas
labradas con marfil y oro,
una estrella en la mañana y una rosa.
¿Anotaría Dios
mi número de rezos en sus tomos?