Los pupitres eran bipersonales y para delimitar fronteras cuando las relaciones vecinales se deterioraban por algunas de las múltiples y efímeras disputas infantiles trazábamos una raya con lápiz o con tiza que lo dividía en dos partes iguales. Si uno de los dos ocupantes traspasaba la medianería recibía un codazo del compañero como aviso y castigo por la invasión. Si coincidía con el momento en que hacíamos caligrafía el envite podía ocasionar que la hoja se llenara de manchas de tinta, porque entonces la usábamos con plumilla para este fin. La tinta la elaboraba el maestro mezclando unos polvos azules con agua. Los tinteros eran de plomo o cerámica y estaban en los agujeros que tenían los pupitres en la parte superior. Cada día el alumno encargado los llenaba..
Hacer la plana era una de las actividades más placenteras para mí. El maestro escribía en el encerado la muestra y nosotros la repetíamos en la libreta de dos rayas, dejando nuestra impronta en los trazos cercanos al arte del dibujo que subían, bajaban y se curvaban con cambios de grosor y rasgos arabescos en aquellas libretas de la marca Balandro con dos futbolistas en portada. Había que hacerla con especial esmero, sin que las vocales desbordaran los límites del suelo y el techo de las rayas paralelas. Cuando el maestro nos calificaba con “Muy Bien” regresábamos a nuestro pupitre mostrándola a los compañeros con gran satisfacción. Sentí que la caligrafía se eliminara de nuestro aprendizaje.
Las cuentas las hacíamos en una pizarra pequeña e individual donde escribíamos con pizarrín blanco, redondo y duro. El borrador consistía en un retazo de tejido unido a la pizarra por una cuerda al que agregábamos saliva. En caso de pérdida del trapo, no había problema, se le reemplazaba por la manga del jersey que después frotábamos con el pantalón para difuminar la mancha de tiza.
Cayeron en desuso la tinta y las pequeñas pizarras y se generalizaron los lápices y las libretas. La goma de borrar “MILAN” siempre a mano para corregir yerros. A los tres o cuatro borrados la carilla quedaba ennegrecida y entonces mojábamos un poco la goma con la lengua, procurando no abusar de esta práctica por el riesgo de rotura del papel.
Después de las cartillas de “Rayas” de los primeros cursos, cuyo autor fue el extremeño de Serradilla Ángel Rodríguez Álvarez, llegó el “Nuevo Catón”, que introdujo los colores en los dibujos que ilustraban las lecturas. En los cursos superiores la enciclopedia “Álvarez” en sus distintos grados-“intuitiva, sintética y práctica” fue el libro básico y único que comenzaba con la historia sagrada y terminaba con las efemérides conmemorativas de personajes y hechos afines a la causa vencedora de la incivil contienda.
Algunas tardes en que lucía el sol sacábamos los pupitres a las “corralillas”, denominación que dábamos en Ahillones a los porches de las traseras de la escuela orientados al poniente. Allí hacíamos las tareas, con el sol en la cara y el moscón de los sueños zumbando de pupitre en pupitre.
2 respuestas a «Aquella escuela»
Esta escuela que se describe fue mi escuela como alumno(1943-1951) y algunos rasgos de ella, como maestro(1961). No se describen otros aspectos de aquella escuela: habitáculo, medios, funcionamiento, penuria económica de los maestros, etc,etc.
Claro. Para describir todo eso que usted refiere necesitaría mas espacio que el que ocupan las 480 palabras del artículo en el periódico. De todas formas en este blog hay más entradas relacionadas con la escuela y, probablemente, otras que irán surgiendo con el tiempo (D.M). Muchas gracias por su comentario, Marino.
Esta escuela que se describe fue mi escuela como alumno(1943-1951) y algunos rasgos de ella, como maestro(1961). No se describen otros aspectos de aquella escuela: habitáculo, medios, funcionamiento, penuria económica de los maestros, etc,etc.
Claro. Para describir todo eso que usted refiere necesitaría mas espacio que el que ocupan las 480 palabras del artículo en el periódico. De todas formas en este blog hay más entradas relacionadas con la escuela y, probablemente, otras que irán surgiendo con el tiempo (D.M). Muchas gracias por su comentario, Marino.