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Valían más los carros en la puerta
que en el aire fantásticas quimeras
e importaban seguras sementeras
más que aventuras de fortuna incierta
Se juntaban las tierras de una huerta
con las que a la sazón eran linderas
y sumaban montones a las eras
a cambio de dejar a hembra cubierta.
Mas no espanten, que no es esta costumbre
practicada en los pueblos solamente,
pues los acomodados en la cumbre
aseguran fortuna y ascendente
buscando par entre su misma gente
…que el amor con el roce saca lumbre.
…O chispas, que en tal lid no hay certidumbre
y lo que se apañó por conveniencia
tórnase con el tiempo en inclemencia.