Al límite.

tener-labios-rojos-naturalmente-2

En el torrente de sus labios

naufragaron mis besos muchas noches.

Quedaban a las puertas de la gloria,

jadeante el aliento

al leve roce de  las rojas amapolas  prominentes.

Desbocada pasión  para entregarse

a la inconsciencia placentera de quererse.

La flor ardiente del deseo

quedó entreabierta, presta al acople,

para  fundir en una dos vertientes.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.